19 de abril de 2008

Sobre la infalibilidad del papa

Uno de los dogmas menos conocidos para los católicos romanos es el que establece la infalibilidad del papa cuando éste se pronuncia ex-cátedra sobre un asunto de fe. Esta doctrina fue establecida por el Concilio Vaticano I hacia 1870. Resumidamente, la infalibilidad pontificia supone que el papa, asistido por el Espíritu Santo, está libre de error cuando se pronuncia solemnemente sobre temas de fe y moral. Es decir, en ese momento su palabra se convierte en verdad absoluta. Pero no es tan simple como pueda parecer, ya que está limitada a contenidos de la doctrina católica y a las enseñanzas del dogma. Esto significa que cuando el papa expresa su opinión personal sobre algo, por así decirlo de manera informal, está sujeto al mismo error que cualquier otra persona. Estas son las grandes líneas del dogma contenido en la constitución Pastor Aeternus.

Sin duda el principal problema de este dogma es vincular a un hombre con la Verdad. La doctrina católica establece que suya es la Verdad sobre la palabra revelada por Jesucristo, y que como él quiso continuar su labor mediante la Iglesia, en ésta debía recaer la función de seguir enseñando la palabra de Dios. Pero, ¿cómo un simple hombre puede tener la capacidad de hablar sobre la Verdad?, ¿qué diferencia a un hombre cuando es cardenal de cuando es pontífice?. Porque no es Dios quien elige al papa sino los cardenales, simples hombres. Si realmente el Espíritu Santo participa en el cónclave, ¿no debería producirse siempre la elección del papa por unanimidad?

La construcción de la infalibilidad es puramente histórica. Responde a una serie de acontecimientos que tuvo que soportar en su momento la Iglesia Católica. Primero fue el gran cisma de oriente, luego en el Renacimiento el cisma de los protestantes de occidente y en el siglo XIX, la pérdida de los últimos dominios territoriales de la Iglesia en la Italia Central. Hacia 1870, Roma se encontraba sitiada por las fuerzas que llevaban décadas construyendo la unidad nacional de Italia, y cuyos últimos objetivos eran los estados pontificios, donde el papa ejercía su autoridad como señor absoluto. El dogma de la infalibilidad fue un acto de autoafirmación. Fue una muestra de poder para legitimar toda decisión futura de la Iglesia. No obstante, aunque el dogma sólo afecte estrictamente al papa, por extensión se ha creido siempre que es una forma de hacer infalible a la propia Iglesia.

Nosotros no creemos que pueda existir una Verdad, así con mayúsculas, y que sea única e infalible. En caso de existir, no sería posible que un simple hombre pudiera alcanzarla ni mucho menos, comprenderla. La infalibilidad pontificia es uno de los grandes escollos de la Iglesia Católica, punto de convergencia de muchas críticas contemporáneas a su estructura y actitud. Muchos intelectuales, católicos y no creyentes, han criticado y cuestionado este dogma. El teólogo Han Küng es uno de ellos, cuya potestad para enseñar teología le fue cesada por el actual papa cuando era el cardenal encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe. ¿Fue esta decisión infalible? No se puede aplicar la infalibilidad de forma retroactiva ya que sería absurdo. Aunque bueno, la propia infalibilidad es vista como absurda tanto fuera como dentro del catolicismo.

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